
Diana y Manu celebraron su boda con una emotiva ceremonia religiosa en la Parroquia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, en Madrid. Tras el “sí, quiero”, se trasladaron al Palacio de la Margarita, un enclave cargado de historia y elegancia, donde continuaron la celebración rodeados de sus seres queridos.
Desde el primer instante se respiraba emoción: las miradas cómplices, las risas espontáneas y los gestos llenos de cariño se convirtieron en los verdaderos protagonistas. La naturalidad marcó el ritmo de la jornada, permitiendo un reportaje de boda cargado de autenticidad, emoción y fotografías naturales que capturan el alma de cada instante.
Diana apostó por un look que desprendía luz y delicadeza: un vestido de Aire Barcelona, acompañado de un ramo de Un Patio con Flores, maquillaje impecable de @carpantis y un peinado fresco y desenfadado de @madame_tijeras. Completó su estilismo con unos zapatos de Raquel Zapatos que le daban el toque perfecto de sofisticación.
Manu, por su parte, eligió un chaqué de La Casa del Chaqué, con una presencia impecable que equilibraba sobriedad y estilo personal.
La celebración se llenó de sabor y detalles cuidados gracias al catering de Quilicuá, y la música de High Volume Event transformó la fiesta en una auténtica experiencia sensorial, con luz, sonido y emoción. El coche de Clásicos de Lujo añadió un aire cinematográfico a los desplazamientos, aportando un guiño clásico y lleno de personalidad.
Este día fue mucho más que una boda: fue una celebración de la vida, del amor y de todo lo que hace que el recuerdo de un instante perdure. Un reportaje de boda lleno de escenas naturales, sonrisas auténticas y esa chispa que solo se encuentra cuando todo fluye con verdad.